Casa Malaparte
Los humanos siempre han sentido una fuerte conexión con el mar. Estamos hechos de agua, y por el agua nos sentimos atraídos. El agua es vida y sustentación: desde tiempos remotos, las comunidades, y las ciudades luego, se han ido asentando y formando cerca de los ríos o de la costa, donde los puertos favorecían el comercio, contribuyendo al florecimiento de las civilizaciones. Aún hoy sigue siendo así. A la orilla del mar, acariciadas por la brisa estival, de diferentes tipos y estilos, las casas de playa se prestan a invenciones arquitectónicas de lo más atrevido. Ubicadas en lugares únicos, han puesto siempre a prueba la creatividad de famosos arquitectos y, aunque mucha gente vive hoy en las grandes ciudades del interior, esa llamada irresistible no cesa: ya sea en una residencia o en una casa de vacaciones, vivir cerca del mar no solo es una opción, sino casi una necesidad a veces.
Arquitectura en evolució
¿Pero cómo ha evolucionado la arquitectura y el estilo de las residencias de playa?
El espacio es hoy el verdadero lujo, sobre todo si se puede ampliar según se necesite. Sencillo, proporcionado, esencial. Los rasgos distintivos de los proyectos residen en la dinamicidad de los espacios, marcados por los escenarios de los lugares en los que surgen. El diseño hace hincapié en los juegos de volúmenes continuos, que se diluyen uno dentro de otro sin soluciones de continuidad claras entre interior y exterior. Destaca la importancia dada a lo vernáculo en el lenguaje arquitectónico, que está basado en exigencias tanto locales como de estilo, a los materiales de construcción disponibles, a las tradiciones y al patrimonio del territorio.
Unos elementos fundamentales con los que replantear una relación integradora con el paisaje. De esta forma, la arquitectura de playa se convierte como en una actriz que logra expresar los rasgos distintivos de un lugar y contar su historia.
Y es precisamente una de esas historias que deseamos contarte. La historia de Casa Malaparte, entre mito y cine. Una casa icono de la arquitectura racionalista italiana pensada por el mismo Curzio Malaparte escritor, intelectual, periodista y poeta que, durante muchos años, vivió en esta magnífica morada suya, encaramada sobre los acantilados de Capri. Vista desde arriba, Casa Malaparte es un paralelepípedo de color rojo que emerge de la roca áspera de la montaña, difuminada entre las frondas de los árboles, por debajo del paseo del Pizzolungo. A los pies del precipicio no hay más que un mar brillante, cuyo tono azul oscuro cambia en proximidad de las rocas.
De difícil acceso y lamentablemente cerrada al público desde hace tiempo, Casa Malaparte, o “casa como yo”, como el escritor mismo la había bautizado y amaba definirla, es toda aristas, igual que él, que siempre dio mucho que hablar. Formas minimalistas y esencialidad en la decoración tanto de interiores como de exteriores, casi como expresando el profundo sentido religioso que colmaba al escritor. Es uno de los lugares más fascinantes y misteriosos de Capri. La fascinación de esta casa impresionó al director Jean-Luc Godard,
que rodó la segunda parte de su película El Desprecio
(basada en una novela de Moravia) enteramente entre los muros de la casa, con una hermosísima Brigitte Bardot merodeando por sus habitaciones o tomando el sol en la terraza al borde del precipicio sobre el mar.
Naturalmente, no hace falta ser un artista famoso para crear un entorno perfecto en la propia casa de playa. De Italia a las Baleares, de Hawaii a Miami o a Sudamérica: las casas de playa más bonitas del mundo pueden hallarse en cualquier parte, pero lo que cuenta a la hora de crear el propio rincón de mundo perfecto es saber valorizar el lugar, la posición y las vistas, tanto en la decoración de los exteriores como de los interiores, sin solución de continuidad incluso, para que la armonía esté asegurada en todos los espacios.
Dondequiera que estemos en el mundo, habrá materiales, colores y tradiciones de los que echar mano, a tener en cuenta también para la decoración. Pensad en las blanquísimas casas de mampostería de las islas griegas, en las tradicionales fincas españolas, en los caseríos del sur de Italia. Comoquiera que sea, para crear vuestro espacio, dejad que el territorio, la arquitectura y la decoración se mezclen y dialoguen entre ellos: de esta forma, dispondréis de un entorno único del que disfrutar.
Muebles de exteriores para vivir en la playa
Panoramas asombrosos, la naturaleza costera y un energizante aire salado invitan a pasar tiempo al aire libre. En una casa de playa, los espacios de exterior son sin duda los más buscados y aprovechados, ya sean grandes o pequeños. ¿Cuáles son los muebles de exterior que no pueden faltar nunca? No hay más que imaginar un día ideal para descubrirlo: por la mañana, tomar el sol en las tumbonas al fresco de las sombrillas de una bonita terraza que se asoma sobre el mar; luego, almorzar a la sombra de un toldo y, por la tarde, disfrutar de una siesta, a lo mejor leyendo un libro sobre una hamaca rodeada por la naturaleza típica de la costa. ¡Esta es una imagen de sosiego y belleza que cualquiera desearía vivir!
Déjate inspirar por esta galería de imágenes de muebles de exterior para la decoración de tu casa de playa: encontrarás sombrillas, hamaca, tumbonas, con las que conjugar comodidad y elegancia sin olvidar la alta calidad de los materiales, seleccionados en todo momento con el fin de asegurar su funcionalidad y durabilidad incluso al cabo de años de uso y exposición a los agentes externos típicos de las costas marítimas, como el viento, el sol y la sal.
Lipari
Sombrilla de madera, de fabricación artesanal, con apertura con cuerda y polea. La sombrilla se completa con una peana de base y una lámpara de tres luces que se puede colocar debajo de la lona